BY SAO Branding / 7 de octubre de 2020
El primer paso es decidir si tu logo va a ser propiamente un logotipo, un imagotipo o un isologo. Y diseñar ese formato en blanco y negro (en el próximo artículo te explicaremos por qué).
El formato más generalizado es el logotipo (la marca en letras, sin imágenes), como Zara, Coca-cola o Nokia. Un tipo de visual que encaja bien con marcas que pretenden transmitir sencillez y cercanía, que pretenden ser “para todos”. Aunque dependiendo del tipo de tipografía que se use puede llegar a tener connotaciones de elegancia, exclusividad y alta fiabilidad.
Probablemente el logotipo sea el formato favorito porque es el tipo de visual más perdurable y, si se queda anticuado, es muy fácil de actualizar sin alejarse de la identidad creada. Cuando introducimos imagen en nuestro logotipo asumimos el reto de poder quedarnos obsoletos con más facilidad y tener que recurrir con más frecuencia a los cambios, según las modas evolucionen, para que el usuario no nos vea “viejunos” o “cutres”.
El imagotipo es la visual de marca que combina letras e imagen, como Amazon, Puma o McDonalds. Podríamos encontrar muchas razones para optar por un imagotipo, pero a día de hoy el principal motivo es poder usar el isotipo aislado (sin el texto) en el entorno digital, como Spotify, Twitter, Android o Adobe. Si tu negocio se mueve en el entorno digital, podría interesarte este tipo de visual para tu marca.
Más allá de este uso tan actual de los isotipos, el imagotipo es básicamente un formato visual que pretende añadir un rasgo plenamente diferencial, que sea fácilmente reconocible en un ecosistema de alta competencia, como podría ser el de las ONGs humanitarias, por ejemplo.
El isologo es el formato que aglutina texto e imagen de manera indivisible, como Burger King, HP o Nissan. Estas marcas están muy orientadas al producto y son muy comunes en el entorno de la alimentación: Lay’s, Starbucks, Pizza Hut, Häagen-Dazs. Y también en el sector automovilístico: BMW, Ford, Dacia. Este tipo de imagen funciona muy bien para vestir tus productos cuando necesariamente tienen que ir envasados o cuando el propio producto deba ir “marcado”. Aunque como ya mencionamos más arriba, las imágenes se quedan anticuadas con mucha más facilidad que los textos, así que elabora bien tu visual si piensas optar por este tipo de formato.
Existe un último tipo de visual que no hemos adelantado antes porque es raramente utilizado: el isotipo. De hecho, la mayoría de las veces, el isotipo simplemente es la imagen del imagotipo aislada, como el cocodrilo de Lacoste, el Swoosh de Nike, el pajarito de Twitter o el PS de PlayStation. Incluso el isotipo de Apple tiene sus antecedentes en el imagotipo de Macintosh. Sin embargo, está claro que acumular una gran fama internacional permite a cualquier imagotipo convertirse en isotipo, de manera generalizada.
El isotipo por antonomasia es la marca de los Juegos Olímpicos; una marca que, por su universalidad, al margen de los idiomas, no puede representarse en tipografía porque supondría un agravio para las lenguas y/o abecedarios no representados. La marca son simplemente 5 aros de colores que, además, jamás han sufrido transformación ni actualización alguna, por su enorme sencillez.
En SAO Branding valoramos las expectativas de cada cliente y el encaje social de cada marca dentro de su grupo potencial de consumo para dar forma al tipo de “logo” que mejor se posicionará, se identificará y evolucionará en su sector y ámbito de consumo. Y, en el próximo artículo, además, te ayudaremos a elegir tus colores.
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