BY SAO Branding / 9 de junio de 2020
Muchas empresas cuentan con una estructura compleja y un catálogo de servicios muy variado. En estos casos es imprescindible crear nomenclaturas identitarias y, a veces, incluso, marcas distintas.
Un ejemplo de esto es el trabajo que en SAO Branding hicimos para Kepler, la prestigiosa compañía española dedicada a soluciones para empresas en cuestiones de protección del medio ambiente, y la gestión de la seguridad en el manejo, transporte y almacenaje de productos peligrosos.
Cuando empezamos a trabajar con Kepler, la compañía contaba con tres líneas de negocio claramente diferenciadas: una línea dedicada a la descontaminación de suelos y aguas subterráneas, otra dedicada a la recuperación de daños al medioambiente y una última de almacenamiento de sustancias peligrosas. Por eso, para este caso, en SAO Branding diseñamos una estrategia y una identidad diferenciada para cada línea, es decir, desarrollamos tres tareas de branding independientes: Kepler, Kuvier y Conterol.
Al tratarse de tres líneas de negocio diferente, la creación de tres marcas distintas parece bastante obvio. Aunque las tres líneas están relacionadas con la actividad general de la empresa (tareas para la protección del medioambiente), se trata de tres servicios lo suficientemente diferentes como para que un único usuario no vaya a tener interés por todos ellos. Es decir, habrá un cliente interesado en descontaminar un suelo; otro estará interesado en recuperar un daño provocado; y otro querrá almacenar desechos peligrosos. Son tres necesidades distintas, tres objetivos diferentes, y deben tratarse como tal para que cada uno capte a su target específico.
Desde que dividimos las tres áreas de negocio de Kepler en tres marcas, la empresa ha experimentado un crecimiento exponencial en todas ellas. Ahora el usuario encuentra lo que busca y entiende los beneficios concretos del servicio que necesita, por lo tanto, se siente más seguro a la hora de contratar.
Este es un ejemplo muy claro. Sin embargo, hay otros casos menos obvios en los que también es necesario detenerse a pensar en las distintas identidades que pudieran necesitarse.
Es el caso de muchas empresas que tienen tipos de productos diferenciados. No suponen líneas de negocio independientes, pero aglutinan características muy específicas o reclaman a un tipo de cliente muy concreto.
En Vall, por ejemplo, existe una única línea de negocio: las naves industriales desmontables. Pero la gran variedad de productos y acabados con los que trabajan requieren de una categorización clara de sus productos. Dividirlos entre MaxiSpace, AluSpace, SteelSpace, EcoSpace, SportSpace y AirSpace, agiliza mucho el proceso de búsqueda y decisión del usuario. Además, manejar productos con identidades propias, nos permite crear estrategias de marketing específicas para cada producto. Siempre que detectemos una oportunidad de negocio para un producto concreto podemos posicionarnos mejor y más rápido entre la competencia.
En SAO Branding, siempre que atendemos a un nuevo cliente, desarrollamos un análisis en torno a su identidad global y la de las líneas o categorías de servicios que maneja. Porque para mejorar el rendimiento y el prestigio de un proyecto es imprescindible identificar y diferenciar todos aquellos elementos que tengan un peso propio y un objetivo genuino.
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